Por Joaquín Garín R
En colaboración con el Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE) y el Centro de Interactivo Vulcanológico de La Araucanía (CIVUR-39°) se organizó una actividad de integración para estudiantes de primer año.
El objetivo de la “Salida de Integración PACE” fue favorecer la adaptación de los nuevos estudiantes a la vida universitaria y promover su permanencia. La actividad incluyó una ruta de trekking en el Parque Nacional Villarrica, con charlas sobre el contexto geológico de la zona, volcanología básica, la historia eruptiva del volcán Rukapillán y su impacto en las comunidades cercanas, así como temas de monitoreo volcánico y planificación territorial.
La actividad estuvo guiada por el vulcanólogo del CIVUR-39°, Nicolás Mendoza, quien expresó: “Apoyar las iniciativas de otras unidades y programas de la Universidad de La Frontera es fundamental para fortalecer nuestra comunidad, conocernos y proyectarnos. Sobre todo, cuando se trata de jóvenes que comienzan su vida universitaria. Vivir experiencias fuera de la sala de clases es esencial para complementar y darle sentido a lo que se aprende, y es crucial fortalecer la motivación de los estudiantes para contribuir a su desarrollo integral”.


Posteriormente, el equipo PACE coordinó actividades de integración grupal, fortaleciendo el vínculo entre los estudiantes y fomentando su desarrollo integral. Desde la universidad destacan que este tipo de experiencias fuera del aula resulta esencial para motivar a los jóvenes y enriquecer su proceso de aprendizaje, brindándoles herramientas para adaptarse a esta nueva etapa educativa.
Es importante reconocer que Chile es un territorio volcánico, y en la región se encuentra el volcán Rukapillán, el más riesgoso del país y, junto con el volcán Llaima, uno de los más activos de Latinoamérica. Es fundamental que las nuevas generaciones aprendan tanto de sus beneficios, como las fuentes termales, la fertilidad de los suelos y el turismo, como de los riesgos que representa para las ciudades y habitantes que viven cerca de él sin una planificación adecuada ni comprensión de su comportamiento e historia. Comprender nuestro territorio nos ayuda a valorarlo de una manera más informada. Aunque la gestión y reducción de riesgos de desastres socio-naturales es responsabilidad de las autoridades, los ciudadanos también deben influir y ser parte activa en el desarrollo de sus comunidades